Los caribes, con billetes de denominaciones de 5, 10, 20, 50 y 100, solo pueden utilizarse en ferias de venta de alimentos a precios subsidiados que organiza el despacho, informó la alcaldesa Érika Farías, aliada del presidente Nicolás Maduro. Cada caribe equivale a 1.000 bolívares.
Farías los definió como «un mecanismo de protección» para la población.
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Los caraqueños pueden cambiar bolívares por la moneda municipal mediante transacciones electrónicas en puntos con datáfonos en las verbenas de la alcaldía.
La escasez de efectivo es uno de los dolores de cabeza de los venezolanos, que enfrentan una hiperinflación que el FMI proyecta en 13.000% para este año y un agudo desabastecimiento de productos básicos.
Aunque Maduro y altos funcionarios vinculan esa situación con «mafias» que contrabandean con papel moneda, expertos consideran que responde a la imposibilidad de imprimir billetes al ritmo de la descontrolada inflación.
El de más alta denominación, de 100.000 bolívares, a duras penas alcanza para un café en la calle.
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Maduro anunció en marzo el lanzamiento de nuevos billetes y monedas, que entrarán en vigencia el próximo 4 de junio, en un proceso de reconversión monetaria que restará tres ceros al bolívar y con el que 100.000 bolívares pasarán a convertirse en 100.
Entre el caos, comunidades han empezado a implementar monedas paralelas.
A finales del año pasado, vecinos del 23 de enero -enorme zona popular del oeste de Caracas- pusieron en circulación el «Panal«, cuyo billete de más alto valor está ilustrado con el rostro del fallecido expresidente Hugo Chávez (1999-2013).
Circula en un sector de esa barriada -un viejo bastión chavista- para transar productos producidos por la propia comunidad.
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Por: Agencia Afp