Material reciclado se vuelve un arte

Un escultor hecho a pulso les pone ‘rostro’ a desechos.

Empezó moldeando con arcilla y el resultado fueron figuras de animales. Desde los 6 años Humberto Salazar descubrió su habilidad con las manualidades. Con el tiempo los temas de fauna y flora lo fueron atrayendo.

A los 28 años empezó a estudiar de manera empírica las aves y su pasión creció al descubrir que Colombia ocupa el primer lugar en número de especies.

Hoy, a sus 58, se ha convertido en el único escultor latinoamericano que ha desarrollado una técnica novedosa de reciclaje para crear arte. Les da forma a papeles y plásticos con los que ‘arma’ esculturas de decenas de aves que parecen reales. Cada animal conserva su tamaño, colores, al igual que sus formas, posiciones y expresiones biomecánicas. Es el resultado de un profundo estudio del ave que decide esculpir.

“El plástico y el papel combinados con otros materiales permiten texturas maleables, similar a la arcilla, que luego se aplican sobre varilla semi-acerada y malla metálica para finalizar con acabados pintados al óleo. Para darles forma a los ojos y picos uso materiales resistentes, por ejemplo los vitrales le dan tonalidad natural al iris de los ojos”, explica el maestro Salazar sobre su obra.

Ahora tiene una colección de 113 esculturas, resultado de la observación y el estudio de la variedad de aves que están en peligro de extinción como el loro orejiamarillo, el cóndor de los Andes, el Gallito de roca andino, la tingua bogotana, el águila arpía, la guacamaya roja, el loro real o el cucarachero de pantano que podrían desaparecer por las múltiples amenazas que enfrentan.

Ha participado en varias exposiciones a nivel nacional y en el centro comercial Palatino están exhibidas 56 de sus obras que permanecerán allí hasta agosto. La muestra formó parte de la exposición Darwin, organizada por el Museo de Historia Natural de Nueva York.

“Es difícil vivir del arte en Suramérica, pero cuando hay reconocimiento, hay un aliciente para continuar. La parte monetaria es necesaria para vivir, pero lo importante es nuestro planeta. La idea es que reciclemos y utilicemos ese material para crear”, dice Salazar.

Este bogotano ha logrado juntar ciencia, arte y pedagogía en un proyecto de educación ambiental donde se integran el reciclaje, reutilización y recuperación de materiales con el propósito de que el público comprenda que la conservación de la fauna es un asunto que nos compete a todos.

Fuente: Periódico ADN

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