Los responsables de los peores crímenes en la historia reciente de Bogotá ahora compartirán el mismo centro de reclusión. Se trata de la cárcel La Tramacúa, de Valledupar, a donde fue trasladado este fin de semana Rafael Uribe Noguera, condenado a 58 años de prisión, por la violación, tortura y asesinato de la niña Yuliana Samboní.
Según información del periódico El Heraldo, este criminal se sumó a la larga lista de peligrosos delincuentes que se encuentran en los pabellones de máxima seguridad del penal, como Javier Velasco, responsable del feminicidio de Rosa Elvira Cely; Luis Alfredo Garavito, asesino en serie de niños; Manuel Octavio Bermúdez, conocido como el monstruo de los cañaduzales, y Orlando Pelayo, quien ordenó el asesinato de su hijo, de 11 meses, en Chía. Uno de los últimos presos en ser enviado a este penal fue Levith Aldemar Rúa Rodríguez, supuesto asesino en serie y señalado de la muerte de un joven estudiante del Sena en Barranquilla.
Desde el momento de su captura, Uribe Noguera permaneció recluido en el pabellón de máxima seguridad de La Picota. Sin embargo, garantizar su seguridad se había vuelto un problema. Por ejemplo, hace un mes se registró un incidente en los pasillos de la cárcel, cuando un grupo de presos lo atacó, cuando lo llevaban los guardias de Inpec a la enfermería del penal.
Aunque el incidente no pasó a mayores y el condenado solo sufrió algunas contusiones, el episodio obligó a las autoridades penitenciarias a reforzar la vigilancia. Finalmente, por razones de seguridad, el Inpec tomó la decisión la semana pasada de cambiarlo de cárcel. En esta oportunidad, la decisión la justificación en la alta condena que debe pagar y su perfil criminal. Ahora permanecerá en el pabellón de máxima de la cárcel de Valledupar, compuesto por celdas de aislamiento, exclusivos para criminales responsables de delitos atroces similares y perfiles sicológicos complejos.
La cárcel de Valledupar tiene capacidad para 1.632 presos y es considerada la cárcel más segura del país. Fue construida bajo los diseños internacionales para presos de alto perfil. Tiene nueve torres con 80 celdas cada una. Está estructurada de tal forma que se pueda impedir que algún elemento pueda ser usado como arma. Además, las celdas son aisladas, para evitar que los presos puedan atentar contra ellos.