¿Perú puede hacer algo para evitar la visita de Maduro?

El gobierno peruano insiste en que Nicolás Maduro no será bienvenido a la Cumbre de las Américas. La posición de Venezuela es que asistirá de todos modos.

El presidente Nicolás Maduro ha dicho que llegará a Perú “por cielo, tierra o mar”. / EFE

La ministra peruana de Relaciones Exteriores, Cayetana Aljovín, dijo estar segura de que el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, no acudirá a la Cumbre de las Américas, que se celebrará en Lima (Perú) el 13 y 14 de abril, todo esto después de que el gobierno de Perú le retirara a Maduro su invitación a la cumbre.

En una entrevista publicada por el diario La República, la ministra advirtió que, en el caso de que Maduro cumpla la promesa de llegar al país “truene, llueva o relampaguee”, Perú, como cualquier otro país, tiene “facultades y procedimientos administrativos para establecer medidas cuando una persona no es bienvenida”.

La decisión de no invitar a Maduro a la cumbre de mandatarios se dio a conocer el 13 de febrero, pocos días después de la gira latinoamericana del secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, quien había solicitado al gobierno de los países por los que pasó medidas más fuertes contra el régimen venezolano.

(Lea también: Maduro, el invitado incómodo a las citas regionales)

El principal argumento de la ministra Aljovín es la Declaración de Québec, un documento firmado en la tercera Cumbre de las Américas, en el que se plantea que los países que no respeten el orden democrático no pueden participar en el encuentro internacional.

La postura que Aljovín presentó el martes pasado, acompañada por representantes de los 14 países que componen el Grupo de Lima, resulta contradictoria para Cynthia Arson, directora del programa latinoamericano del Wilson Center, quien ha dicho que el gobierno peruano estaría adoptando “un doble estándar”, al negarle la invitación a Venezuela y permitir la asistencia de Cuba, que espera participar por segunda vez en la reunión multilateral.

Al respecto, Aljovín le dijo al diario La República que la invitación de Cuba se explicaba porque el país caribeño no está entre las naciones firmantes de la Declaración de Québec.

El domingo, la Cancillería venezolana expidió un comunicado en el que explican que tienen argumentos jurídicos “que demuestran que no existe impedimento de ninguna naturaleza para que Venezuela participe en la VIII Cumbre de las Américas, confirmamos que el presidente Nicolás Maduro Moro asistirá puntualmente”. La intención de aparecer en la cumbre sigue intacta, probablemente porque se trata de una reunión de la OEA, un organismo compuesto por 30 países que hasta el día de hoy, y a pesar de la insistencia de su secretario general, Luis Almagro, no ha logrado el consenso necesario para tomar medidas contra el régimen venezolano.

El Grupo de Lima, que respaldó al gobierno peruano al anunciar que Maduro ya no estaba invitado a la cumbre, está compuesto por apenas 12 naciones y está lejos de ser la mayoría en la OEA.

Por otra parte, el mandatario venezolano aspira a ser reelegido en los comicios de abril, convocados luego del fracaso de las negociaciones entre su gobierno y la oposición en la que se buscaba acordar garantías para el proceso electoral. El llamado anticipado a elecciones y el hecho de que la oposición no vaya a participar en ellas ha hecho que varios países anunciaran que no reconocerán los resultados de los comicios, sin embargo, hasta el momento, Maduro no tiene ningún impedimento real que lo deje por fuera de la reunión.

Puede leer: El chavismo y sus delirios de invasión desde Colombia

A comienzos de febrero se anunció que el fiscal de la Corte Penal Interamericana, Fatou Bensouda, había abierto un examen preliminar para determinar si las violaciones a los derechos humanos en Venezuela ameritan la intervención de la justicia internacional, pero faltaría un largo trecho para decir que Maduro está siendo perseguido por la justicia y aún más para que exista una orden de captura en su contra.

Para la analista peruana Rosa María Palacios, la cuestión tiene una explicación más clara si se le revisa desde la política interna peruana: “Lo que parece ser es que el presidente (Pedro Pablo Kuczynski) ha manejado un tema de política exterior tratando de congraciarse con el fujimorismo de Keiko Fujimori”, es decir, la facción de la derecha peruana que impulsó el juicio político que casi termina con su destitución. Para Palacios no existe nada que impida la llegada del mandatario venezolano: “Es un patán y no se va a quedar tranquilo. Se va a presentar, y para eso no están preparados”.

POR: EE

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio