Sigue esperanza de vida en un edificio colapsado hace 5 días en México

Está sentado sobre un andén a menos de 50 metros de la tragedia. Espera. Da entrevistas a los medios locales e internacionales y vuelve a vigilar la entrada y salida de los rescatistas. Desde allí mantiene la esperanza de que alguien le diga que su sobrina, Karina Gabriela Albarrán Luna, está viva y que logró ser rescatada tras quedar atrapada hace cinco días por el derrumbe del edificio en el que trabajaba.

Frente a él está el edificio Álvaro Obregón 286, en la colonia Roma Norte, de Ciudad de México. Allí, Karina trabajaba como contadora. El edificio se desplomó casi que instantáneamente cuando se sintió en la ciudad el terremoto del martes. Era de seis pisos. Ella estaba en el cuarto, trabajando, preparándose para salir a almorzar. Desde entonces no se han tenido noticias sobre ella.

A Guillermo Albarrán Luna se le ve el cansancio en la cara y una esperanza de vida clavada en la mirada. Ha estado sentado casi que día y noche, junto a sus demás familiares, a la espera de alguna noticia. Dice, están seguros de que ella está viva, que será rescatada y que retomará sus labores pronto. Asegura que Karina será la protagonista del milagro de la Roma Norte. De ella, su familia la describe como una joven de 30 años, trabajadora, jovial y “muy positiva para la sociedad”.

“Y estamos seguros que se encuentra en ese despacho de contadores. No es solamente ella, sino mucha gente que se encuentra viva… ¡Qué está viva! Y tenemos la esperanza de que salga pronto”, dice.

Sin embargo, dice, las noticias nunca han llegado. Solo ha visto cómo rescatistas mexicanos, israelíes, españoles y colombianos han entrado y salido, sin que se conozcan noticias. Entre la gente se rumora que hay esperanza de vida, que al menos unas 30 personas estarían allí. Pero ninguna autoridad se atreve aún a confirmarlo o desmentirlo.

Sismo en México

Karina trabajaba como contadora en el edificio Álvaro Obregón 286.

Foto:

Julian Espinosa / EL TIEMPO

Mauricio Zubyrats, un voluntario que entra y sale de la zona en donde están los socorristas, rompe en llanto cuando se le pregunta sobre lo que ha visto en la zona. Dice, hay decenas de familias adentro, angustiadas, sin que se tenga noticia alguna. Ha trabajado casi sin pausa y cuando puede descansa en el parque España, a unos 200 metros del edificio colapsado. Pero no para porque, agrega, “aún hay esperanzas, y mucha gente que espera respuestas”.

Lo que ha visto son familias enteras que se instalaron en el sitio, rodeados de cientos de voluntarios que les brindan ayuda constante. Se mantienen allí, incluso bajo las intensas lluvias que se han registrado durante la semana. Han participado de misas improvisadas en la calle. Y les ha escuchado pedir una y otra vez que la búsqueda no se suspenda. 

“Las noticias son a cuentagotas: poca, nula. No ha habido fuentes oficiales que aquí nos digan a los familiares que aquí está pasando esto… La única fuente que tenemos es la organización de la sociedad civil, a la que realmente les agradecemos, pero sí hace falta que nos informen mejor sobre qué es lo que está pasando adentro”, dice Albarrán Luna.

Al lugar, sobre el mediodía de este sábado, llegó el equipo de socorristas colombianos, acompañados por sus dos perros de búsqueda, a relevar el trabajo de los rescatistas españoles. El trabajo solo se detuvo este sábado durante varios minutos, luego de que se registró un sismo en la ciudad. Tras evaluar la zona, autoridades locales determinaron que se podían continuar con las labores de búsqueda. Y desde ese entonces, los trabajos siguen. En la zona se escuchan gritos pidiendo el apoyo de carpinteros, cerrajeros y médicos. Llegan corriendo. Les ponen cascos, lentes de protección y los entran a la zona de escombros. Pero nada más se ha visto sobre lo que ocurre en la zona de operaciones.

Otra de las escenas de esperanza es cuando los socorristas, parados sobre los escombros, levantan los puños durante unos segundos. De inmediato toda la gente en la zona hace lo mismo y el silencio se apodera del lugar. Es la señal de evitar hacer ruido, para que los rescatistas puedan intentar escuchar sonidos entre los escombros. Mientras la señal se siga haciendo en la zona, la esperanza de vida se mantiene. Y hasta el momento la siguen haciendo.

JULIÁN I. ESPINOSA ROJAS
México
Twitter: @julerck

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